El equipo se consagraría campeón en su temporada debut, convirtiéndose en el primer equipo en ser campeón sin ser derrotado (siete victorias y dos empates). Siguió a la cabeza de la Serie A y se consagró campeón sobre la Juventus con cuatro puntos de diferencia, terminando así la temporada siendo el equipo con la mejor defensa, el equipo con la mayor cantidad de victorias (19) y el que menos derrotas sufrió (apenas 4). Fue el primer título de la era Moratti y el octavo Scudetto.