En la eternidad de su pausa, descubrimos a Coentrao y Benzemá correr pradera arriba hacia la montaña. Andrés no estaba y Xavi seguía dictando discursos sobre la eternidad y la posesión vestido de azulgrana. Para terminar con una época nefasta su presidente Josep Suñol fue fusilado en 1936 por los nacionales en la inmediaciones de Madrid. Y los muros de Jericó no se derrumban por aplastamiento; se necesita una grieta en el desfiladero, una mujer que enseñe su piel y la luz de la luna.