Bilbao mantiene una defensa sólida y un portero en estado de gracia

El Athletic Club de Bilbao atraviesa una temporada en la que su fortaleza defensiva se ha convertido en una de las señas de identidad más destacadas. Desde el inicio de la campaña, la zaga rojiblanca ha demostrado un nivel de compromiso y disciplina que ha sorprendido a propios y extraños, consolidando al equipo como uno de los más difíciles de superar en LaLiga. La hinchada, que siempre se caracteriza por su fidelidad, no solo llena San Mamés con su aliento, sino que también transmite la pasión a las nuevas generaciones, muchas veces vistiendo orgullosamente camisetas de futbol para niños, símbolo de herencia y continuidad en la afición.


Uno de los pilares de esta solidez es Iñigo Martínez, que aporta experiencia y liderazgo en la zaga. A su lado, Yeray Álvarez ofrece fuerza en los duelos aéreos y una gran capacidad de anticipación. En los laterales, tanto Óscar de Marcos como Yuri Berchiche destacan por su capacidad de incorporarse al ataque sin descuidar la defensa, aportando equilibrio a un bloque compacto.
Sin embargo, lo que realmente ha marcado la diferencia en numerosos partidos ha sido el papel de Unai Simón, guardameta titular de la selección española y auténtico baluarte en San Mamés. Con reflejos felinos y una serenidad en momentos críticos, ha realizado paradas que se han convertido en auténticos puntos de oro para el equipo. Su actuación contra delanteros como Robert Lewandowski o Karim Benzema en temporadas pasadas ya le otorgó prestigio, y este año continúa confirmando su estatus.
El cuerpo técnico, liderado por Ernesto Valverde, ha sabido estructurar una estrategia equilibrada. No se trata únicamente de defender con números, sino de hacerlo con inteligencia. La presión coordinada, las transiciones rápidas a defensa y la solidaridad entre líneas han sido claves para blindar el arco.
En definitiva, la combinación de una defensa con jugadores como Martínez, Yeray, Yuri o De Marcos, y un portero de clase mundial como Unai Simón, ha convertido al Athletic en un rival temible. La afición celebra cada parada y cada despeje con entusiasmo, y para quienes quieren llevar ese orgullo más allá de San Mamés, las camisetas de fútbol réplicas siguen siendo el mejor recordatorio de la identidad y la pasión que define al club bilbaíno.