Pero Alicia me estorbaba como un grillete. Porque el alma de Alicia no te ha pertenecido nunca, y aunque ahora recibas el calor de su sangre y sientas su respiro cerca de tu hombro, te hallas, espiritualmente, camiseta de dinamarca tan lejos de ella como de la constelación taciturna que ya se inclina sobre el horizonte. Desde la cerca de los corrales, camiseta seleccion uruguaya 2022 don Rafo agitaba el sombrero exclamando: ¡